Resumen Capítulo 4 – Salvaje de Corazón

La historia de la caída de Adán es la historia de la caída de todo hombre. En su brevedad y profundidad es simple y sencilla, casi mítica. Y de esta manera todo hombre entra al mundo con una pérdida de corazón planificada. Entonces viene la historia de la que estamos mucho más conscientes: la nuestra. Aunque la historia de Adán parece simple y sencilla, la nuestra parece compleja y detallada; participan muchos más personajes, y la trama a veces es difícil de seguir. Pero el resultado siempre es el mismo: una herida en el alma. En su viaje a convertirse en hombre, todo niño lleva una flecha en el centro de su corazón, en el lugar de su fortaleza. Puesto que rara vez se analiza la herida, y aún más rara vez se sana, todo hombre lleva una herida. Y la herida casi siempre se la ha hecho su padre.

Llega un momento en el que simplemente demos enfrentar los retos y dificultades en nuestras vidas dejando de retroceder.

¿Tengo lo que se requiere? ¿Soy poderoso?

En alguna o varias circunstancias de nuestra infancia, nos plateamos la pregunta y a medida que nuevos eventos acontecen en nuestras vidas la pregunta sigue surgiendo.

En tu infancia, ¿De qué forma fue respondida tu pregunta?

Hasta que un hombre sepa que es un hombre, siempre intentará probar que es uno.

La mayoría de hombres viven obsesionados con la pregunta o lisiados con la respuesta que se les da.

De dónde viene la masculinidad

La masculinidad es conferida. De hombre o de un grupo de hombres, un niño aprende lo que es y lo que tiene. No puede aprenderlo en ningún otro lado. El padre ha sido empoderado para brindar identidad a sus hijos.

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Adán recibe su nombre de Dios y es autorizado con el poder de dar nombre.

Abraham nombró a Isaac (Que significa «Aquel con el que Dios reirá» o «Aquel que hará reír»)

Isaac, aunque no les dio nombre a sus hijos, estos imploran con desesperación su bendición.

Jacob obtiene la bendición y la trasmite a sus hijos, les da nombre y una identidad.

  • Judá significa “Adorador de Dios”
  • Rubén, “Mirad un hijo” O “el que mira al hijo”
  • Gad, “Ser coronado” “ser bendecido”
  • Aser, “Bendecido” “Feliz” “Prospero”
  • Neftalí, “El que lucha” “Contienda”
  • Manases, “El me hizo olvidar” “Hacer olvidar”
  • Simeón, “Oír” “Discernir” “Obedecer”
  • Levi, “Unir” “El que une”
  • Isacar, “Recompensa” “Trabajar por salario”
  • Zabulón, “Habitación” “Morada” “Continuidad”
  • José, “Añadir” “Agregar”
  • Benjamín, “El hijo de mi mano derecha”

El padre del bautista lo llamó Juan, aun cuando el resto de la familia lo quería llamr como su padre, Zacarías.

Incluso Jesús necesitó oir estas palabras de afirmación de su padre. Luego de ser tentado y del brutal ataque a su identidad en el desierto, papá dice:

Lucas 3:22 (RVR1960)

22 y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.

En otras palabras:

Jesús, estoy profundamente orgulloso de ti, tú tienes lo que se requiere.

Hay una jugada crítica cuando un muchacho ya no saca su identidad de la madre sino del padre. Note que hizo falta una intervención activa del hombre, siempre es así.

Madres e hijos

Aunque la madre sea el centro del universo de los chicos los primeros meses y años de nacidos, llega un momento de cambio inevitable donde el niño busca el afecto del padre.

Por supuesto, un niño necesita profundamente ese cariño sempiterno de la madre, sin embargo, ese amor no puede responder la pregunta más profunda de su corazón. Es el padre quien brinda un nombre y una identidad.

Aunque el rol de la mujer en la vida del hombre sea fundamental, la feminidad nunca puede conferir masculinidad.

Si una mujer no permite que su hijo sea peligroso, que corra en busca de su masculinidad, lo castrará.

La primera vez que leí todo este capítulo no podía dejar de ser algo abrumador para mí, pensé en simplemente dejar el libro desesperanzado porque lamentablemente nunca estuve en una iniciación o algo cercano a eso con mi papá. Me agotaba el hecho de pensar que si todo esto era cierto, qué sería de mí y de mi masculinidad ya que viví toda mi vida en una familia matriarcal, donde mamá fue la que brindo la estabilidad, el amor y un montón de cosas representativas que fue papá quien necesitó suplir. Qué de esos cientos de hombres que al igual que yo se han criado con padres poco presentes.

Pero no tuvo que pasar mucho tiempo para darme cuenta que esto en serio es cierto. Si existe tanto caos hoy en día es por la ausencia de esos padres que han debido ponerse al frente haciendo la voluntad de aquel que nos ha creado.

Aunque mi iniciación comenzó con mi padre celestial que decidió formar (y seguir formando) en mí un corazón que se parezca al de Él, Dios mismo dio inicio a una buena relación con mi papá que me han terminado de sellar mi identidad.

Quizás tú no tengas la misma posibilidad que yo de tener esa oportunidad tardía de permitir que Dios te bendiga a través de una iniciación con tu papá biológico pero Dios está interesado en formar tu identidad. Será ÉL mismo iniciándote pero también colocando hombres representativos en tu vida para brindarte esa identidad,  porque como ya hemos leído, la masculinidad sólo puede ser conferida, y es de hombre a hombre que esto sucede.

Dios está llamándonos a nuestra iniciación, Él desea ser nuestro padre y enseñarnos de las formas necesarias a ser verdaderos hombres. Sin embargo, Dios sabe que no podrá avanzar mucho al menos que sanemos nuestra herida con nuestros padres terrenales, por esta razón, nuestro primer paso debe ser examinar nuestro pasado e identificar cuáles son esas heridas con papá. Qué hizo él o que dejó de hacer. De qué forma ha sido respondida mi pregunta en el pasado.

Bly dice: «No recibir ninguna bendición de su padre es una herida… no ver a su padre cuando se es pequeño, nunca estar con él, tener un padre lejano, un padre ausente, un padre adicto al trabajo, es una herida.»

En el caso de padres silenciosos, pasivos o ausentes, la pregunta queda sin respuesta: «¿Tengo lo que se requiere? papá ¿Soy un hombre?» Su silencio es la respuesta «No lo sé, lo dudo… tendrás que averiguarlo por ti mismo… probablemente no».

Todo hombre tiene una herida. No conozco a nadie que no tenga una. No importa cuan buena parezca haberle parecido su vida, usted vive en un mundo destrozado, lleno de gente destrozada. Su padre y su madre por maravillosos que parezcan, no pudieron haber sido perfectos. Ella es una hija de Eva y el un hijo de Adán, por lo tanto no hay forma de atravesar ese campo sin salir herido. Y todo herida ya sea agresiva o pasiva, llega con un mensaje. El mensaje se siente final y verdadero, absolutamente cierto, porque se pronuncia con mucha fuerza… Muchos hombres viven un falso yo, una representación, que se relaciona directamente con su herida.”

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Toda herida, deja un mensaje y el mensaje nos lleva a hacer un acuerdo (juramento). Y cada una de estas heridas son las que forman el falso yo. El inicio de nuestra búsqueda a la sanidad debe comenzar no en el falso yo, que es el personaje que hemos creado de nosotros mismo a través de todos los juramentos que hemos hecho debido a nuestras heridas, sino es ahí, en nuestras heridas donde se origina todo.

Por supuesto, no todas las heridas se interpretan de la misma forma. Una herida a hombre puede dar un mensaje totalmente diferente a otro hombre que reciba la misma herida. No es una fórmula genérica y es un trabajo arduo (pero que vale la pena) identificar las heridas que nos han causado y a su vez los mensajes que hemos recibido. Esto nos llevará a ver todos los acuerdos que hemos hecho y así poder erradicar ese falso yo que ha imperado por tantos años en nuestras vidas.

Resumen Capítulo 3 – Salvaje de Corazón

Después de años de vivir en una jaula, un león ya ni siquiera es un león… y un hombre ya no cree que es hombre.

las jaulas del almaEn algún lugar del camino perdimos nuestra identidad y eso nos ha definido. El estar perdidos y sin identidad ha sustituido nuestros profundos anhelos por algo mucho más bajo. Han sido cubiertos por la ira, la lujuria y el miedo.

Hemos negociado ser guerreros de la batalla por ser bravucones egoístas, decidimos entregar nuestras aventuras a las adicciones más cercanas. Hemos tergiversado lo que debería ser nuestras realidades.

Abandonamos la aventura por miedo a no ser suficientes. En cambio, nos hemos conformado con cualquier cantidad de adicciones. Adicción a la aprobación, a sentirse aceptado, a las relaciones, al sexo, a los videojuegos y a la pornografía. En fin, a infinidad de adicción que Satanás pacientemente ha implementado en nuestras vidas para mantenernos cautivos.

Nos mantenemos en estos estados de adicción porque nos han dicho (mintiéndonos) que son éstas las mayores aventuras que podemos vivir.

Algo que te acerca de una manera dramática a tu masculinidad hoy, es identificar cuáles son las adicciones a la cuál te estás enfrentando y comenzar a darle la cara a cada una de ellas.

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Las adicciones son aniquiladoras de verdaderas aventuras

Si un hombre no encuentra las cosas para las que se hizo su corazón, si ni siquiera se le invitó alguna vez a vivir para ellas desde lo profundo de su corazón, las buscará de alguna otra manera. ¿Por qué la pornografía es la principal trampa para el hombre? El añora la belleza, pero sin su corazón feroz y apasionado, no la puede encontrar, ganar o conservar. Aunque está poderosamente cerca de la mujer, no sabe como luchar por ella, y ni siquiera sabe que debe luchar por ella. En vez de eso descubre que ella es en su mayor parte un misterio, que el no sabe cómo resolver, y por lo tanto conserva su alma a la distancia. Pero en privado, y en secreto, se vuelve a la imitación.

Lo que más hace adictiva a la pornografía en la vida perdida de hombre es que lo hace sentir como un hombre, sin siquiera exigirle nada. Mientras menos se sienta como un hombre verdadero en la presencia de una mujer real, más vulnerable es a la pornografía.

Y de esta manera el corazón de un hombre es lanzado a las regiones más oscuras del alma y negando las cosas que desea con más intensidad, sale en los lugares más oscuros. De repente, sus luchas, sus heridas y adicciones, están mucho más arraigadas y son sus razones principales.

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El deseo revela el diseño y el diseño revela el destino

Si el hombre ansía una batalla que pelear es porque no nació en una situación de comedia o de telenovela. Nació en un mundo en guerra. Habrá muchas, muchas batallas para pelear en muchos campos distintos

¿Por qué los hombres no representan al hombre? ¿Por qué no ofrecen su fortaleza a un mundo que lo necesita desesperadamente? Por dos razones sencillas: dudamos mucho que tengamos alguna fortaleza que ofrecer, y estamos muy seguros que si ofrecemos lo que tenemos, no sería suficiente. Algo ha salido mal y lo sabemos. ¿Qué nos ha sucedido? Parte de la respuesta está en la historia de la humanidad, y otra parte en los detalles de la historia de cada hombre.

Nuestro primer padre, – el primer hombre de carne y hueso – cedió a la parálisis. Negó su naturaleza y fue pasivo. Así que todos los hombres después de él, todo hijo de Adán, carga ahora en su corazón el mismo fracaso. Todos repetimos a diario el pecado de Adán. No nos arriesgaremos, no lucharemos y no rescataremos a Eva.

«Cuando Eva fue «engañada», el arte de ser una mujer tomó una zambullida fatídica a los lugares estériles del control y la soledad». Ahora toda hija de Eva quiere «dominar su entorno, sus relaciones, su Dios». Ya no es vulnerable; ahora será codiciosa. Ya no solo quiere participar en la aventura; ahora quiere controlarla. Y en cuanto a su belleza, o la esconde en temor e ira, o la usa para asegurar su lugar en el mundo.

A decir verdad, la mayoría de nosotros estamos aparentando nuestro paso por la vida. Sólo escogemos las batallas que estamos seguros de manejar, sólo esas bellezas que estamos seguros de rescatar.

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Fingidores

Cuántos de nosotros, en diferentes ocasiones hemos fingido ser quien realmente no somos. Un ejemplo práctico está cuando se está con el mecánico. Mientras él repara el automóvil, nosotros fingimos saber qué es lo que está haciendo cuando no tenemos ni idea de lo que está haciendo o de que cosas está hablando. Para algunos sucede con los carros, para otros con los deportes. Los hombres religiosos también tenemos mucho de esto, enmascarando nuestros miedos en fachadas que no nos encajan.

El miedo no solamente se expresa impostando mascaras de conocimiento, intelectualidad o capacidad, en gran parte, muchos hombres usan la violencia para ocultar todos sus miedos.

La violencia, no importa de qué clase es una forma de encubrir el miedo

La evidencia es clara: la caída de Adán y Eva provocó un temblor en toda la especie humana. Un defecto fatal afectó el original, y ha pasado a todo hijo e hija. Por consiguiente, todo niñito y toda niñita entran al mundo con una pérdida de corazón planificada. Aunque no lo pueda expresar en palabras, a todo hombre le asalta la inquietud: «¿Soy un verdadero hombre? ¿Tendré lo que se requiere… cuando se necesite?» Lo que sigue es una historia con la que personalmente estamos muchísimo más familiarizados.

Resumen Capítulos 1 y 2 – Salvaje de Corazón

Salvaje de corazón es un libro que llama a la masculinidad y emana masculinidad. Estoy seguro que Dios desde hace ya varias décadas está haciendo un desesperado llamado porque volvamos a encontrarnos con nuestro corazón.

En una sociedad como la de hoy, en un sistema como el actual, es necesario un despertar de nuestro corazón; para entenderlo, para entender su verdadero diseño y reconocer cual es nuestro rol en nuestra vida y la de quienes nos rodean.

Los hombres buscamos libertad, buscamos pasión y también aventura. Examinemos nuestros deseos más profundos y veamos ¿Qué deseamos ser? y ¿En qué deseamos convertirnos?

Cuando eramos niños estoy seguro que la palabra empleado, gerente o asistente no fueron las que usamos. Cuando vemos una película de acción no elegimos ser el actor de reparto, ni la persona que muere al principio, y pocas veces elegimos ser el antagonista.

En lo más profundo de nuestras almas existe un llamado a lo salvaje, a lo indómito, a la aventura como ya dije… a la libertad.

En busca de nuestro corazón

El hombre ha perdido su corazón, tantos códigos y compromisos impuestos nos han anestesiado a encontrarnos con nuestra verdad. Es necesario emprender un viaje para reencontraros con esa verdad… con nuestros corazones… y con el Dios de nuestros corazones.

Tenemos un insaciable deseo por explorar, por conocer, por construir, por crear y emprender.

¿Lo tienes tú?

¿Cuál o cuáles son tus deseos?

Si aún no los has conseguido es porque quizás aún no has navegado en los profundidades de tu alma para encontrar lo que verdaderamente mueve tu vida, ese motor que te impulsa a ser quién has sido llamado a ser.

Llamados a la aventura

«La aventura, con todos sus requisitos de peligro y locura, es un profundo anhelo espiritual en el alma del hombre» dice John Eldredge

Y si no me crees y aún no puedes escuchar ese latido que te demanda libertad, veamos algunos ejemplos de hombres que escucharon ese latido.

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Magallanes no se detuvo hasta llegar de un océano a otro.

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Marco Polo salió a buscar a China.

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Aunque América ya había sido «descubierta», Bolívar salió en busca de la libertad.

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En una tierra conocida, Neil Armstrong, Michael Collins, y Edwin E. Aldrin fueron en busca de lo desconocido.

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Finalmente, Noé fue llamado por Dios a repoblar la tierra.

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Moisés llevado a libertar a los israelitas a una nueva tierra.

Estos y muchos otros personajes en la historia nos hablan de nuestra naturaleza. No solo se trató de encontrar riesgo, va mucho más allá… Es encontrarnos con nosotros mismo, con nuestros corazones.

Necesidad de respuestas

Nuestras interrogantes no pueden ser respondidas en las salas de nuestros hogares, no pueden ser respondidas en la universidad, en nuestros amigos, mucho menos en una chica. Estas interrogantes que marcan nuestro destino no las conseguimos ni aún dentro de la iglesia. Dios nos está llevando a lo salvaje y profundo de su corazón para que lo conozcamos y ÉL mismo, en nuestro viaje, sea respondiendo a cada una de nuestras preguntas.

¿Quién soy?

¿De qué y para qué estoy hecho?

¿Cuál es mi destino? ¿Cuál es el propósito al que fui llamado?

Dios desea responder cada una de estas interrogantes tanto como nosotros.

Es el miedo lo que nos mantiene alejados de estas preguntas. Miedo a no ser suficientes, miedo a creer que no tenemos lo necesario para lograrlo. Es el temor de aún no haber sido identificado como «capaces» para lograrlos. Pero justo esas son las intenciones de Dios.

El viaje hacia el desierto

Y para encontrarnos con estas respuestas, para encontrarnos con nuestra verdadera identidad, es necesario emprender un viaje del alma ya que nuestro llamado lo escucharemos en el desierto, en lo indómito, en lo aún no explorado.

Así como Moisés fue llevado 40 años al desierto

Elías escuchó a Dios en una cueva

David fue retado en el campo de batalla, lejos de su casa…

Pablo tuvo su primer encuentro con Dios camino a Damasco.

Jesús fue llevado por el espíritu santo al desierto.

Lee alguna historia de la biblia y nota como Dios nos lleva a nuestra iniciación de esa forma. Llevándonos al «desierto» para darnos identidad.

Una sociedad ciega

Hoy, hemos sido bombardeados y ahogados en medio de tanta televisión, de tanto entretenimiento a través de las redes sociales, la música que nos debilita y la pornografía que nos esclaviza. Nuestras almas están siendo distorsionadas y Satanás ha hecho su mayor intento en sepultar en un lugar muy lejano nuestros deseos más reales.

Si te fijas en el hombre de hoy ¿Qué ves? De seguro no muchos como lo que tu llamas masculinidad. En algunos casos ves a hombres «duros», fingiendo ser los más machos buscando alguna clase de pelea, siendo violento con su familia o con sus cercanos, sin embargo tu y yo sabemos que ahí no es donde radica la verdadera masculinidad. Por otro lado están los hombres llenos de miedo, creo que la mayoría entramos en esta categoría. Hombres que estamos viviendo bajo las sombra de un mundo que nos absorbe.

La sociedad ha convertido a la masculinidad en algo femenino. Nos han dicho que ser hombres es malo. Que debemos ser más… mujeres.

Nunca antes habíamos experimentado una confusión de género tan grande y hoy vivimos las consecuencias de esto.

La iglesia

A un nivel profundo, el cristianismo también ha hecho un daño caótico a la masculinidad. Nos han confundido con una doctrina diciéndonos que Dios nos ha creado para ser «chicos buenos»

Un cristiano «ejemplar» es aquel que no fuma, no bebe o no dice malas palabras… eso es lo que nos hace ser hombres.

No objeto que beber o fumar sea algo dañino para la salud y que es mejor no hacerlo. O que una persona con un vocabulario sano sea más agradable que aquella que hace uso excesivo de malas palabras. Dios mismo habla muchas veces acerca de la importancia de lo que decimos. Sin embargo, considero que esto no está ni cerca de lo que es verdaderamente ser un hombre.

Los cristianos somos… aburridos. No hay masculinidad en nosotros que llame a otros hombres a acercarse a ese Dios que amamos y servimos. Y este es no es y nunca fue el plan de Dios.

La iglesia se pregunta por qué no puede conseguir más hombres para llevar a cabo sus programas. La respuesta es sencilla: No hemos invitado a hombres a conocer y a vivir desde la profundidad de su corazón.

Invitación

Dios está invitándonos de vuelta a la masculinidad

«Ven y vive lo que anhelo que seas»

En el corazón del hombre hay con seguridad tres deseos que todos compartimos. Han estado siempre ahí y no podremos ignorarlos eternamente. Son indispensables para describir quién soy qué anhelo ser. Miro el pasado, leo un poco de historia, escucho la vida y los anhelos de otros hombres y estoy convencido que estos son deseos universales. Una clave a la masculinidad misma. Se pueden perder, olvidar o emplear mal, pero en el corazón de todo hombre existe:

  1. Una batalla que pelear

  2. Una aventura que vivir

  3. Una dama que rescatar

¿Puedo sentirme identificado con estos tres deseos?

Diseñados de esta forma

Dios nos diseño para no solo sentir sino también conquistar estos deseos. La tierra necesita que el hombre sea feroz y ferozmente devoto. Violentos que emprendamos con todas nuestras fuerzas una relación intensa e íntima con Dios (Mateo 11:12).

Guerreros que luchen por conquistar su corazón y por responder por el corazón de los seres de quienes nos rodean. Siendo niños, cuando jugábamos a la guerra estábamos ensayando nuestra parte en un drama mucho más grande. Piensa en tu infancia y recuerda todas las veces que jugaste con casi cualquier cosa como si fuera un arma y tú un guerrero.

Las películas que nos gustan, por ejemplo, revelan lo que nuestros corazones anhelan.

¿Qué películas te gustan? ¿Qué puedes identificar?

Todo hombre quiere desempeñar el papel de héroe y es porque héroe has sido creado.

La aventura está escrita en nuestros corazones. Venimos de un Dios salvaje, peligroso, sin límites y libre.

Comparte alguna de tus experiencias de aventura que han traído plenitud a tu alma.

Reconozco que además de ser apasionante, la aventura requiere algo de nosotros, algo que nos pone a prueba.

Si un hombre siente no tener ninguno de estos deseos se debe a que no sabe que tiene lo que se requiere. Las circunstancias han causado una herida que los ha castrado. Su pregunta aún no ha sido respondida.

Una belleza a ser rescatada

No hay nada que inspire tanto a un hombre como una mujer. Deseamos ser el campeón de una mujer bella. La batalla en sí no es suficiente, un hombre anhela romance. No es suficiente ser un héroe, si no ser el héroe de alguien.

Así como los hombres, el corazón de las mujeres también están tatuados tres deseos indelebles. La mujer desea:

  1. Que peleen por ella

  2. Una aventura que compartir

  3. Una belleza que develar

Cuando una mujer hable de ti. ¿Te gustaría ser el tipo bueno o el héroe cuando hable de ti? ¿Crees que las chicas desean estar con el santurrón o con el hombre temerario que va al frente ofreciendo seguridad?

¿Te identificas?

Examina los más profundos deseos que hay en ti

¿Qué dicen?

Son los deseos de Dios

Salvaje de corazón es una aventura que trata de recuperar y liberar el corazón de un hombre, sus pasiones y su verdadera naturaleza. La que fue dada por Dios.

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Obligación del alma

No es una opción si un niño ha de convertirse en hombre, o si hombre ha de llegar a saber lo que es. Un hombre debe saber de dónde viene y de qué está hecho

Para algunos Dios puede representar a alguien débil o distante. Es posible que muchos de nosotros aún no hayamos tenido un encuentro con ese Dios verdadero, cercano y amante, apasionado y sacrificado.

¿Cómo ves a Dios? ¿Cuál es tu imagen de Jesús como hombre?

Eldredge alega de «decirme que sea como el Jesús que me han vendido es decirme que sea un buen tipo, que sea la madre Teresa… yo preferiría ser como William Wallace»

Si eres un leproso, un marginado, un paria de la sociedad a quien nadie ha tocado por ser «impuro», si lo único que has añorado es una palabra amable, entonces Cristo es la reencarnación misma de la misericordia tierna. Sin embargo si eres un fariseo, uno de esos autoproclamados guardianes de la doctrina… ¡cuidado! Jesús en más de una ocasión Jesús enfrentó a estos hipócritas en público.

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Jesús es la Madre Teresa pero también es William Wallace.

El corazón de Dios

En el corazón de Dios también habitan estos deseos anteriormente mencionados.

Dios tiene una batalla que pelear que es por nuestros corazones y por nuestra libertad. Dios claro que es amor, es gracia y también misericordia. Sin embargo, su carácter no deja de ser un Dios apasionado y guerrero. Dios tiene una naturaleza bélica.

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Jueces 15:14 (NVI)

Cuando se acercaba a Lehí, los filisteos salieron a su encuentro con gritos de victoria. En ese momento el Espíritu del Señor vino sobre él con poder, y las sogas que ataban sus brazos se volvieron como fibra de lino quemada, y las ataduras de sus manos se deshicieron.

¿Qué Dios viene sobre alguien de esa forma? El Dios guerrero.

Éxodo 15:3 (RV1960)

Jehová es varón de guerra;
Jehová es su nombre.

Dios también tiene una aventura que vivir con nosotros. Ha creado la tierra inhóspita, salvaje, peligrosa… y aún así la nombrado «buena». La mayor parte de la tierra no es segura pero es… buena.

Hemos sido confiados con poder. Tomó una decisión arriesgada que lo hace vivir una aventura junto a nosotros día a día. ÉL está con nosotros en la aventura. Dios NO es controlador y esa es su gran aventura. Confiar en nosotros para vivir  de forma no forzada haciendo su voluntad. La disposición de Dios por arriesgarse es sencillamente asombrosa.

Dios es autor de la fe. Las circunstancias desfavorables son su especialidad porque ÉL desea mostrarse con poder para que podamos ver su gloria.

Por último, Dios tiene una bella a quien rescatar, es la iglesia. Somos tú y yo, y son nuestros corazones extraviados. Dios desea darnos libertad, desea amarnos y como ya he dicho… rescatarnos.

Que sea Dios llevándote a través de esta aventura por la búsqueda de tu masculinidad. No hay nada que Dios desee más que puedas encontrarte con tu corazón, con tu diseño original, con ese héroe que Dios ha llamado para llevar de su libertad a aquellos que aún están cautivos del temor. Dios desea que lo conozcas, y no hay mejor camino para conocerlo que primero conociendo el corazón que ÉL creó.

Levanta el campamento y ve!

Creo que Isa ya se lo había comentado a algunxs. La palabra para este año en nuestra iglesia en Valencia es CONSOLIDACIÓN. Para dar un breve extracto, Consolidación para nosotros es volvernos al lugar a donde Dios nos ha llamado. Toda esa distracción que por todo este tiempo nos estuvo envolviendo, ese miedo que nos tenía atrapado y esa falta de compromiso con Dios y con nosotros mismos desaparecen y así mismo llega un tiempo de estabilidad, de fuerza y de propósito para nuestras vidas y quienes nos rodean. Veremos relaciones consolidarse, nuestra economía consolidarse, aquellas personas que no habían conocido a Dios se acercan a él, aquellos que por mucho tiempo estaban tambaleantes en la fe se cimientan en Dios.

Dios a través de la consolidación quiere ofrecernos estabilidad, fuerza y propósito como ya dije. Pero así mismo demanda de nosotros resiliencia, valentía y convicción. Y a quien le escribo esto son personas que han sido resilientes, valientes y con convicciones. Ustedes son eso, es por eso que puedo reconocer que esta palabra también los alcanza a ustedes y pido que el espíritu de Dios les convenza de ello.

Dios está pidiendo permiso para cambiar nuestras vidas, para romper cada estructura que hayamos construido, para derrumbar todos los paradigmas que nos tienen atados y para colocar convicción en nuestros corazones a través de la verdad… de SU verdad.

No nos endeudemos con Dios, ÉL ya ha hablado, nos ha dirigido y nos ha dado un propósito. Y no vivir conforme a los planes de Dios en nuestras vidas es meternos en una deuda con ÉL. La pasividad con esto genera una deuda, la apatía genera una deuda, la distracción también lo hace.

La fe nos ha hecho hombres y mujeres de esperanza, esperanza en que Dios es bueno, esperanza en que nos ama y que ha colocado vida y propósito en nosotros, eso es lo primero. Pero la VALENTÍA es hacer que suceda. Quién es el instrumento de Dios si no YO, si no TÚ… Que este pueda ser un año de valentía donde seriamente nos comprometamos a no solamente SER sino también a HACER.

Este será un año de muchas victorias! Pero saben que quiere decir eso? Que será un año de muchas batallas porque lógicamente no hay victorias sin batallas. Y nadie dijo (ni dirá jeje) que las batallas serán fácil… Nunca lo han sido.

Deuteronomio 1 contiene lo siguiente y me gustaría compartírselos. Es para ti.

«…Ustedes ya han pasado demasiado tiempo en este monte, así que levanten el campamento y vayan hacia las montañas, que es donde viven los amorreos, y hacia las regiones de alrededor. Vayan al Arabá, a las montañas, a los valles y al desierto del sur, la costa, el territorio cananeo y el Líbano, hasta llegar al gran río Éufrates. Vayan y conquisten ese territorio, pues yo les prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob que se lo daría. También les prometí que se lo daría a ustedes, pues son sus descendientes”»

Ya has pasado DEMASIADO tiempo donde estás… Y este es el momento de acercarte al lugar el cuál Dios te prometió. Levanta tu campamento, quita todo paradigma, permite que Dios transforme tu yugo, tu sistema de creencias para seguir su verdad. Y encamínate hacia la montaña, hacia los valles o el desierto. Ve a la costa, a los territorios donde no has pisado, hasta el gran río. VE Y CONQUISTA! Pues Dios qué? PROMETIÓ dárnoslo.

Más adelante en el mismo capítulo dice:

«… “¡Cálmense! ¡No tengan miedo! Nuestro Dios nos guiará y luchará por nosotros, así como luchó por nosotros contra Egipto y nos guió por el desierto. Él nos ha traído hasta aquí, como si nos llevara en brazos, y hasta ahora nada nos ha pasado. Ha sido un padre para nosotros”.»

Yo no sé ustedes pero esto me parece espectacular. Dios nos llama a no temer, pero no nos deja con eso nada más… Puede ser fácil para ÉL decirlo… Dios no está viviendo lo que tú o yo estamos viviendo. Sin embargo Dios no solo pide calma de nuestra parte, Él ofrece consigo una respuesta. Así como ha venido luchando POR nosotros así nos seguirá guiando y seguirá luchando. No se trata de Dios luchando CON nosotros, se trata de Dios luchando POR nosotros, EN nosotros. ¿Hemos llegado hasta aquí? No…. ÉL NOS HA TRAIDO hasta aquí, como si NOS LLEVARA EN BRAZOS. Y termina con esta hermosa frase, el dador de vida, creador del cielo, de la tierra, del universo que no tiene igual (para recordar esto podemos ver de nuevo Indescriptible de Louie Giglio jeje), Dios que guía la órbita de cada planeta pero al mismo tiempo se encarga de darle vestido a las flores, este Dios HA SIDO UN PADRE PARA NOSOTROS.

Dios es un padre para ti y para mí y desea que en este 2016 alcancemos una consolidación con ÉL y con su espíritu. Que nuestra relación con el gire los grados necesario como decía Franklin en el ayuno para alinearlos a nuestros objetivos, que son primeramente de ÉL (de Dios no de Franklin).

Que esta palabra cale en tu corazón como caló en el mío. Los necesito para este año, sería muy complicado ganar las batallas de mi vida sin su compañía. Oremos los unos por los otros, amémonos y retémonos.

Feliz comienzo de semana! ❤

Enfrentando juntos el cancer

50/50 es una película con la cual no puedo dejar de sentirme identificado. Recuerdo la primera vez que la vi, el cambio que causo en mí, lo necesaria que fue en aquel tiempo, esa escena que no se olvida fácilmente, conseguir la respuesta o por lo menos la herramienta que destapó todas esas emociones que estaban encerradas sin querer salir, esta película llegó en el momento necesario para poder experimentar cierta libertad o el comienzo de esta.

Adam es un muchacho de 26 años al cual le diagnostican cáncer, noticia que lo toma por sorpresa ya que es un joven muy sano. No fuma, no bebe, trota y respeta sus horas de sueño. Como muchos, cuando creemos que nuestra vida está bien, cuando pensamos que todo está en orden porque se supone estamos haciendo «lo correcto» aparece un cáncer ¿no? Esa enfermedad que es inevitable, que, aunque es real, queremos evadir a toda costa. No es fácil reconocerlo, no es fácil pararse frente al espejo una mañana y reconocer «estoy enfermo».

Lo mismo sucede con Adam, pasa un tiempo para reconocer que hay algo que debe enfrentar, que hay algo que lo está matando y si no hace nada al respecto terminará acabando con su vida. Y así mismo sucede con la vida espiritual, o por lo menos es lo que a mi me ha pasado en varias ocasiones. Un día nos levantamos y creemos que todo está bien, alguien nos diagnostica la terrible noticia de que estamos enfermos y, aunque pasamos un tiempo en negación, finalmente lo aceptamos, aceptamos que las cosas han cambiado, que no somos los mismos, que hemos dañado y sido dañados. Que aunque las cosas parecían estar bien, todo se va desgastando poco a poco. Nuestra madre comienza a ser un fastidio, nuestra terapeuta no nos comprende, nuestros amigos son egoístas y nuestra novia, tras engañarnos, nos deja.

Esto era lo que experimentaba Adam, todo iba de mal en peor. Y esto es lo que experimento yo. Veo como nada mejora, como cada día que paso descubro que hay otra área en mi vida que está fracturada, que un día fui un hombre «saludable», o ejemplar, alguien para un puesto honroso quizás, pero me doy cuenta que hoy es un día donde soy un olvidado más, donde no hay nada que hacer con todo lo dañado y lo que nos queda es rendirnos. Seguir hundido en mi enfermedad, esperando que pase, que el cáncer me consuma hasta dejarme vacío, igual, ya nada vale la pena y en todo lo que intento contribuir para bien termino empeorando las cosas.

Que astuto es satanás, tiene tan claro que mientras más hundidos nos tenga en nuestras penas y más envueltos estemos en nuestro llanto menos vamos a estar cerca del gran propósito de Dios. Así como el deseo de Dios es vernos brillar, el de satanás es que nuestra luz se extinga.

Cuando nos permitimos abrir realmente nuestros ojos nos damos cuenta que nuestra mamá no es un fastidio, ella hace lo mejor que puede para sobrellevar sus grandes cargas; nuestra terapeuta no es un Santo, ella hace su mejor esfuerzo, nuestro amigo egoísta en realidad está batallando tan fuerte con este cáncer como nosotros y aunque engañados, lo mejor que nos pudo pasar fue habernos separado de esa novia para conseguir a esa chica que realmente nos ama.

Todo el sufrimiento, todas las vueltas que creemos que estamos dando en circulo, todas esas voces que dicen que no has sido suficiente empiezan a desenmascararse. Y sí, las cosas han cambiado, hemos pasado por un cáncer, pero esto simplemente es una oportunidad para ver la vida mucho más clara, para agradecer un poco más a la hora de acostarnos y esforzarnos un poco más al levantarnos.

El cáncer era necesario, para acércanos a nuestros cercanos, a nosotros mismos y por supuesto a ese cirujano que nos tiene en los cuidados de sus profesionales y perfectas manos. Debemos enfrentar el quirófano, esa cirugía que sabemos que es dolorosa, pero que nos hará sanos de una vez por todas. Debemos dar ese paso.

Por si fuera poco, debemos pasar una etapa de rehabilitación, en el cual debemos ser delicados con nuestros corazones, donde no podemos permitirnos hacer cosas que nos dañen. En ese momento, después de ese encuentro cara a cara con Dios en el quirófano, debemos mantenernos Santos, recordar la cruz en el cual fueron pagados todos nuestros canceres, esa cruz que esa la herramienta de uso preferencial por nuestro cirujano.

Jeremías 29:13 dice «Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme.» Eso es lo que está esperando nuestro gran Dios, que vayamos de todo corazón a Él y le digamos que lo necesitamos, que sin él morimos prontamente. Dios nunca nos abandona, si aún ese cáncer no ha sido detectado, no temas, aún cuando lo diagnostiquen Dios estará contigo y solo de ti penderá que Él haga su intervención para que seamos sanos, libres, santos.

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Y aquí estoy, otra vez, perdido en tiempo y en espacio. Por momentos mal aprovechados, derrochados, desperdiciados. Cuando mi primera entrada se pudo haber convertido en el comienzo de algo grande. Cuando mi primer día de «adulto» se pudo convertir en el punto de partida, puedo ver, no con mucha retrospectiva que no ha sido así. Otra vez no he brillado lo suficiente.

Meses gestando este blog, esta idea, de como lo iba a plasmar, de qué iba a contener. «Cada palabra será provechosa, será producida en procesos de meditación.» Esos planes perfectos que la realidad sabe distorsionar muy bien.

No quiero, ni permitiré, que esto se convierta en un blog de desahogo, ya con uno es suficiente. Más bien este es el blog del Darío adulto, de ese que, aunque para sí, escribe con conciencia, con contenido, algo que de seguro espero desarrollar este año.

Solo quiero recordar esto, este no es un blog cualquiera, estos no son mis papeles de desahogo, no es mi diario, este es mi legado que hoy concibo como algo importante. Y aunque con desfavorables circunstancias, decido comenzar, no de la mejor forma ni con el mejor escrito, pero con un poco de carácter que es algo que nos falta en estos tiempos a esos cambia-generación que seguimos siendo invisibles.